En Chile, y según cifras del año 202 el Sernageomin (Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile), en el país existen hoy 740 los relaves mineros, de los cuales están situados en diez regiones del país. Del total, 170 se encuentran abandonados, 101 activos y 469 inactivos.
Cuando hablamos de relaves nos referimos a un sólido finamente molido que se desecha en operaciones mineras. Básicamente, es el material que queda luego de usar, durante la explotación, procesos mecánicos y químicos para triturar las rocas, transformándolas en arenilla, para extraer el mineral o metal valioso.
Por otro lado, estos depósitos, además de las partículas de roca finamente molidas, los relaves contienen productos químicos, minerales, agua y, usualmente, grandes cantidades de cianuro, mercurio, arsénico, plomo y aluminio, entre otros metales pesados y sustancias tóxicas.
De ahí que un tratamiento inadecuado del material sea uno de los peores impactos negativos de la minería en el medio ambiente.
En la misma línea es donde diversas comunidades y organizaciones civiles han expresado su preocupación en lo que refiere a los posibles impactos de estas estructuras, ya sea en abandono o en funcionamiento.
Según un estudio denominado “Contaminación del agua y suelo por los relaves mineros”, realizado por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), se puede apreciar que las variables más presentes en las amenazas de estas estructuras van a asociadas a contaminación de suelos por metales pesados, filtración de aguas de relave al entorno e infiltración en las napas subterráneas, contaminación de aire y suelos mediante el levantamiento y arrastre de material fino por acción del viento.
De pasivos ambientales a depósitos con inteligencia y sustentabilidad
Chile es un actor importante en la industria minera global, siendo líder en la producción de cobre y renio. Sin embargo, más allá de los beneficios económicos, los proyectos de explotación también pueden afectar el medio ambiente.
Es por ello que empresas como Alaya Digital Solutions han visto en el desafío una oportunidad de desarrollar soluciones de tecnología de alto rendimiento para la industria.
Así lo confirma Waldo Fishwick al comentar sobre TRIIA (Tranques de relave inteligente con IA), “la operación de tranques de relave es altamente dinámica, y hoy existe la necesidad de adaptarla a las condiciones cambiantes del día a día y las distintas operaciones mineras. Esto significa que múltiples decisiones se toman a partir del juicio experto de los operadores” concluye.
En la misma línea, Luis Sepúlveda, CEO y Gerente General de Alaya mediante el uso de analítica avanzada e inteligencia artificial, se da la combinación ideal para que la industria pueda obtener información clave que se le pueda proporcionar a los expertos un apoyo vital en el proceso de la toma de decisiones, que permitirá mejorar la eficiencia de la operación del tranque, lo cual se verá reflejado en un incremento de la producción de mineral, la eficiencia de sus recursos y sus factores de sustentabilidad.
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