En el mundo, la acuicultura es la actividad relacionada con la alimentación en mayor expansión, así lo confirman múltiples informes al respecto.
Así lo confirma la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), que un reciente informe no solo confirma dicho incremento, sino también, apunta que el consumo mundial de alimentos acuáticos (excluidas las algas) se ha incrementado; al día de hoy, a un ritmo medio anual del 3,0 % desde 1961, en comparación con un ritmo de crecimiento de la población del 1,6 %.
Por otro lado, el consumo, per cápita, de alimentos acuáticos se incrementó de una media de 9,9 kg en la década de 1960 a un récord histórico de 20,5 kg en 2019, mientras que se redujo ligeramente a 20,2 kg en 2020.
Dicho impulso, según la FAO, se verá continuamente en crecimiento gracias al aumento de los ingresos y la urbanización, las mejoras en las prácticas posteriores a la captura y los cambios en las tendencias alimentarias que producirán un incremento del 15 % del consumo de alimentos acuícolas, a fin de suministrar de media 21,4 kg per cápita al 2030.
Estos mismos estudios no solo muestran una completa radiografía de un mercado que cada vez sigue creciendo en números y consumidores; sino también da paso a una serie de retos que dicha industria se ve obligada a enfrentar.
A mayores éxitos, mayores desafíos
El boom de la industria acuícola en Chile pareciera estar recién comenzando, y dicho crecimiento viene acompañado no solo de buenas cifras, sino también procesos productivos que hoy necesitan una nueva revalorización. Hoy, según muchos expertos, la industria de la acuicultura enfrenta uno de sus problemas más complejos: la calidad del smolt.
En primer lugar, llamamos smolt a esa etapa de crecimiento del salmón, por ejemplo, los que permanecen en una primera instancia en agua dulce se desarrollan y transforman en lo que se conoce como smolts de tamaños entre 12 y 15 cms.
Es en esta parte del proceso donde ya se encuentran listos para migrar al mar en la primavera del primer año después de eclosionar. En dicha etapa de crecimiento es donde se presenta un alto grado de variabilidad en la calidad y potencialidad de smolt en los diversos centros de engorda. Es decir, se encuentran sin una clara identificación de la mejor combinación de variables accionables que conduzcan a una optimización sostenida en aspectos que puedan darle mayor calidad.
Es acá donde la industria ha tenido una brecha de mantener calidad y productividad; y es en donde empresas como Alaya han tomado el desafío de dar a la luz soluciones de alto rendimiento para apoyar la gestión de procesos claves.
Así lo confirma Waldo Fishwick, Sub Gerente de Alaya al comentar que la solución de Optimización y mejor calidad y potencialidad del Smolt, es una potente mejora “que a través de la información recopilada en agua dulce, en transferencia y en agua de mar permitirá establecer los algoritmos necesarios para generar las mejores decisiones sobre variables accionables en esas tres fases, conducentes a smolt de mayor calidad” concluye.
Sobre lo mismo se pronuncia Luis Sepúlveda, CEO y Gerente General de Alaya, al comentar que “el proceso de engorda y crecimiento de un buen smolt no solo debe ir en la línea de cumplir con elementos de calidad, sino también acorde al standard de normas de sustentabilidad medioambientales” afirma el ejecutivo.
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