El proyecto se está llevando a cabo en una mina en Chile y una en Perú, ambas pertenecientes a una compañía extranjera con operaciones de cobre en ambos países.
Con el objetivo de determinar la máxima recuperación potencialmente posible de estos yacimientos, Alaya está desarrollando modelos analíticos de trazabilidad del mineral desde los blockgrades que salen de la mina hasta el proceso final de lixiviación -en el caso de los óxidos- y de flotación -en el caso de los sulfuros-.
“La determinación de la trazabilidad aporta a la recuperación de los minerales presentes en la mina y significa tener en cada parte del proceso datos directos o calculados, introducirlos a modelos analíticos capaces de predecir resultados y al mismo tiempo optimizarlos a través sugerir ajustes en las variables accionables. Así la eficiencia del proceso global se mejora y ayuda a que los operadores tengan en todo momento una mirada de la armonía de la cadena”, explica Waldo Fishwick, Subgerente General de Alaya.
Así, el desafío de este encargo es “completar un modelo de trazabilidad lo más cercano a lo que el cliente requiere y aportar toda nuestra experiencia minera acumulada en varias soluciones desarrolladas en proyectos anteriores de movimiento masivo de materiales, molienda primaria y secundaria, molienda SAG -siendo en este caso un aporte inédito-, stockpile, trazabilidad en los procesos de chancado e hidrociclones” indica.
Para la compañía minera, esta es una herramienta importante en la gestión de los yacimientos. El Subgerente General de Alaya señala: “Los proyectos de trazabilidad permiten tener clara la potencialidad, medir los procesos y, en tercer lugar, asegurar que la recuperación final es la que corresponda”. Esto, porque cuando los desperdicios mineros son abundantes es porque los procesos que se usaron para recuperar el mineral fueron deficientes.
Cómo funciona la trazabilidad
En el momento en que el material es sacado de la mina, el blockgrade permite conocer cuál es su contenido de mineral cubo a cubo, camión a camión, pero en las siguientes etapas se pierde la trazabilidad. Por ejemplo, al entrar al stockpile, donde el material se acumula en silos cónicos, se pierde la información y aunque se mide la mineralogía a la salida, no hay una correspondencia cubo de entrada a cubo de salida: “Ahí tenemos que hacer modelos de determinación FIFO -Primero en Entrar Primero en Salir según la sigla en inglés-, para poder determinar la lógica de apilamiento en términos de flujo de entrada, para que el flujo de salida sea conocido”.
Para cada una de las etapas del proceso se deben construir modelos que van suponiendo la obtención de ciertos KPI y que alertan cuando esos KPI están fuera o dentro de lo que se permite como proceso.
Tiempo de desarrollo
En total, el proyecto tomará cuatro meses para cada una de las faenas. Alaya está trabajando con metodología ágil y se han establecido 8 sprints durante el proceso. Al momento de publicación de esta nota, ya se alcanzó el tercer sprint, por lo que se espera que en dos meses ya esté finalizado y operando.